Nuestro mes de enero de 2019 dio mucho de sí.
La medicación es tan fuerte que cada dosis de «inmunos» tenían que pincharle dos o tres veces, con el sufrimiento y fobia que esto creaba en la gordita.
Dado que la administración del tratamiento había que hacerlo sí o sí y que sus venitas se rompían y empezaba a ser un drama… Nos plantearon ponerle un «Port a cath», en la foto podéis ver perfectamente lo que es: es un dispositivo que proporciona un acceso venoso permanente. Requiere una pequeña intervención quirúrgica para ponerlo.
De esta manera, ella tiene una vía central tanto para infundir medicación como para extraer sangre en caso necesario y sólo supone un pinchazo cada ingreso.
De nuevo una gran decisión. Los ingresos a partir de entonces han sido de otra manera.